Yo había estado en Andacollo en Noviembre de 1999 en ocasión de mi ascensión al Volcán Domuyo. Había parado en el Camping Municipal y de pasada, entonces, pude recorrerla. Hoy, casi 10 años después de aquella vez, la encontré muy crecida y mucho más bonita. Las cerezas de Andacollo son muy sabrosas, pero las de la plantación de mi Tía Hilda mucho más. ¡Qué ricas!!!
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